Julia. (‘Con nombre propio’)

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Siempre tuve alergia a los gatos y al final he acabado viviendo con uno. Julia es pura sensualidad, incluso cuando duerme acurrucada a mi lado, envuelta en carísimos camisones que compra cuando está aburrida, abrazada a delicadas almohadas que renueva siempre que le viene en gana y oliendo al último perfume del diseñador que esté de moda.
Pero Julia es mía. Tan felina y traicionera como tierna y pasional. Cara de mantener, cierto, pero mía.
Cuando despliega sus encantos en mi cama, entonces, todo gasto ha merecido la pena. Ardiente y salvaje, pero a la vez mimosa e inocente, se roza contra mi cuerpo, sinuosa, despertándome mil sensaciones. Me clava las uñas en la espalda cuando el placer la consume y, después, duerme tranquila, conmigo, junto a mí.
A su manera, me quiere y, a su manera, me lo demuestra. Y yo pierdo la cabeza, enfermo de deseo, sólo con saber que ella me espera en casa.
Es caprichosa, tozuda, egoísta y desconfiada, quizá traicionera, siempre pasional, dulce, ardiente… Una gata con un cuerpo que me vuelve loco: joven, firme, suave. Hace de mí lo que quiere, pero es conmigo con quien quiere hacerlo.
Siempre tuve alergia a los gatos y al final he acabado viviendo con uno. Julia es pura sensualidad, incluso cuando duerme acurrucada a mi lado, envuelta en carísimos camisones que compra cuando está aburrida, abrazada a delicadas almohadas que renueva siempre que le viene en gana y oliendo al último perfume del diseñador que esté de moda.
Pero Julia es mía. Tan felina y traicionera como tierna y pasional. Cara de mantener, cierto, pero mía.
Cuando despliega sus encantos en mi cama, entonces, todo gasto ha merecido la pena. Ardiente y salvaje, pero a la vez mimosa e inocente, se roza contra mi cuerpo, sinuosa, despertándome mil sensaciones. Me clava las uñas en la espalda cuando el placer la consume y, después, duerme tranquila, conmigo, junto a mí.
A su manera, me quiere y, a su manera, me lo demuestra. Y yo pierdo la cabeza, enfermo de deseo, sólo con saber que ella me espera en casa.
Es caprichosa, tozuda, egoísta y desconfiada, quizá traicionera, siempre pasional, dulce, ardiente… Una gata con un cuerpo que me vuelve loco: joven, firme, suave. Hace de mí lo que quiere, pero es conmigo con quien quiere hacerlo.
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