Klaus, un futuro Goya

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Estrenamos el año con un artículo previo al día de los Goya. Y es que, os apuesto una caña, creo sinceramente que esta película se merece premio sí o sí.

Estoy hablando de “Klaus”: primera película de animación española distribuida por Netflix que, aunque tenga temática navideña, es un manjar que podéis degustar en cualquier momento.

Cartel de la película
Cartel de la película

Nominada a los Goya por mejor película de animación y mejor canción original, le AUGURO —AL MENOS— uno de los cabezones. Además, cruzará el charco para pasearse por la alfombra de los Oscar, aunque no creo que toque estatuilla porque compite contra gigantes como “Toy Story IV” o “Cómo entrenar a tu dragón III”.

Una película para todos los públicos, que nos sorprende con una vuelta de tuerca de un personaje ultra conocido como es Santa Claus, contándonos sus orígenes, de una forma divertida y con mucho ritmo, haciendo que todas las piezas cuadren de una forma natural y nada forzada.

Escena de Klaus y Jesper.
Escena de Klaus y Jesper.

Bajo la dirección de Sergio Pablos, creador de “Gru, mi villano favorito” o “Los Minions”, se le ha dado mucha importancia al guion y eso se nota. Pablos nos hace disfrutar de una animación clásica y hecha a mano, en 2D, con un gran trabajo de posproducción, donde podemos atisbar la mezcla de muchas influencias, lo que, de alguna manera, nos retrotrae a las películas de antaño… Aunque, para encajar con los nuevos tiempos, está cargada de humor e ironía, con algún personaje digno de mención como, por ejemplo, el barquero.

Con estos mimbres, mucho humor y, por supuesto, un poquito de ternura y melancolía, se va construyendo una historia que, a pesar de hablarnos de algo ya conocido, consigue sorprendernos y atraparnos, llevándonos a soltar muchas carcajadas y alguna que otra lagrimita en más de una ocasión.

Sobre el doblaje

Klaus, que no tiene nada que envidiar a las grandes producciones extranjeras, deja en manos de “no profesionales del doblaje” la responsabilidad de dar vida a los personajes principales. ¡Error!

Klaus, los tres protagonistas.
Klaus, los tres protagonistas.

La dirección de doblaje corre a cargo de Miguel Ángel Garzón. Con permiso de Juan Luis Rovira, de Pablo Adán, de Pedro Tena, entre otros profesionales que salpican la cinta, me quedo con Elena de Maeztu haciendo una mala malísima que me arrancó más de una carcajada. Le va estupendo el papel y ella, que ya tiene espolones en esto, le saca mucho partido a su personaje y, en algunos momentos, hasta consigue hacerlo entrañable.

Klaus, los malos de la película
Klaus, los malos de la película

Ahora —y como sucede demasiadas veces—, el peso de la película lo llevan tres actores famosos y ninguno de ellos es profesional de esto. Quim Gutiérrez, Belén Cuesta y Luis Tosar.

No es la primera vez que entran en sala. Belén hizo “Cigüeñas”, Tosar algún videojuego y Quim estuvo en “Los Minions”. Frente a esto,  Pablo Adán, con más de mil trescientos trabajos, Juan Luis Rovira, con más de mil cuatrocientos, o Pedro Tena, con más de mil seiscientos. Entre esto, la experiencia, y el hecho de que hay cosas que no se pueden aprender en dos tardes, es normal que haya tanta diferencia entre unos profesionales y otros “profesionales”.

Salvaría a Tosar, quizá porque el personaje de Klaus es reposado y eso le hace encajar bien con su estilo al hablar.

La profesora, interpretada por Belén Cuesta, chirría un poco (bastante). No solo por las maneras al actuar, que no me cuadran del todo, sino —y también— por esa dicción tan peculiar que, constantemente, me recordaba quién estaba detrás del personaje.

Pero la peor parte se la lleva el protagonista, Jesper, interpretado por Quim Gutiérrez. No sé si le dedicó mucho tiempo a la preparación pero, lo que está claro y lo que siempre digo, esto no puede aprenderse en una mañana: take va, take viene. Le falta peso a la voz, que diluye muchas de las bromas. En algunos momentos necesarios no proyecta con la suficiente intensidad como para llenar al personaje y entender, por ejemplo, que está gritando a alguien que se aleja… Y eso estropea sobremanera el resultado.

Esa es la razón, entre otras, de que el personaje no sea creíble. Y es que hay momentos en los que me recuerda a un padre intentando leerle un cuento a un niño y, en los momentos críticos, de gritos, no se atreve a levantar la voz, por no despertar a su vástago.

Lamentablemente, muchas de las gracias que va soltando se pierden por el camino por la falta de intención en su interpretación. Y es que, señores de Netflix o quién quiera ser el responsable de este fallo imperdonable, no se puede tirar de “famoso” cuando lo que importa es ser actor que domine la técnica —nada sencilla— del doblaje. Y por encima de todo, debería estar el respeto al público. Respeto que, está claro, hace mucho que nos han perdido.

En estos momentos me acuerdo del director, pobre, que, seguro, sudó tinta para conseguir sacar brillo a estos actores que, con Goya incluido, deberían ser más sensatos y: o aprender a doblar como Dios manda o dejarle el puesto a alguien que sepa… Claro que decir que no a cifras de cinco dígitos debe ser complicado.

Klaus, escena de Jesper
Klaus, escena de Jesper

Pero bueno, no hagamos más leña del árbol caído y esperemos que, en vistas del desastroso resultado, hayan aprendido la lección…

¡A quién pretendo engañar! Todos sabemos que, para la próxima, volverán a preferir un nombre conocido a una voz con profesionalidad.

De mi propia cosecha

Este año he decidido no callarme… y, por eso, voy a jugar, a lanzarme, ¡a lo loco! Voy a proponer tres actores, por no liarme la manta a la cabeza, que hubieran ido perfectos para este personaje, a ver qué os parece.

David Robles:

Es una voz imperturbable al paso del tiempo. Cómico para los momentos necesarios, que sabría darle ese toque pijo del principio, y tierno en la parte más sentida de la cinta. Y por si alguien no lo conoce, os dejo una muestra de voz.

Eduardo Bosch:

Con la voz un poco más madura, pero tampoco demasiado, Edu es perfecto para los gritos, los gestos y la parte más payasa del personaje, sin desmerecer para nada la parte más seria.

Fernando Cabrera:

Creo que este actor sería perfecto para Jesper. Desprende ternura y comicidad, de una forma natural, y sabe cómo utilizarlas delante del atril. Sabe jugar bien con los agudos, con los gritos y los gestos. Hubiera sido muy divertido verle interpretar la escena de los renos.

Cada uno en su estilo, cada uno con sus herramientas, hubieran sido una buenísima opción para convertir este personaje, que pasará sin pena ni gloria, en uno de los recordados de la animación en español.

Sé que esto no es lo habitual, y que nadie sienta que he invadido su terreno, pero me apetecía dar mi sincera opinión y, como veis, otras opciones para que la calidad del doblaje vaya acorde con la calidad de la animación y de la historia. Esperemos que los verdaderos responsables tomen nota.

Aun así, os recomiendo fervientemente que os la veáis y, como ya dije al principio, me apuesto una caña (o dos) a que ganará, como mínimo, un Goya.

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